ANA es una cartografía imaginaria de mi tránsito. Un dibujo que traza líneas no entre coordenadas geográficas, sino entre los territorios que delimitan el deseo y la oscuridad, una cosmogonía que investigo como eterna extranjera.
(Diario de viaje, noviembre de 2016)
Proyecto apoyado por el Fondo Concursable para la Cultura (MEC- Uruguay)
La obra está compuesta por 36 piezas fotográficas y una bitácora de viaje.
A través de los ojos cerrados de Roberta, es fácil sumergirse en un estado evocativo e inmediatamente pasar a un estado de olvido. De momentos llenos de recuerdos a tiempos vacíos así va pasando este viaje. Un estado de absoluta suspensión atravesado por el silencio de la sierra.
Por momentos el mensaje es extraño, encriptado pero ahí está el viento en el pelo de Joseph… eso es tan real!, así se mueve el pelo cuando hay viento… viento del mar. Frente a la imagen del viento el tiempo se vuelve presente, un presente que en un viaje siempre es pasado.
Un mapa de ausencias, límites y divisiones señalan que este gris no es igual a este otro. Acá lo importante es la repetición. Todos esos grises están ahí porque representan lo que ya no está pero vuelve.
Ver este mundo personal representado de modo espacial en el plano fotográfico le da un aspecto científico al cuerpo de trabajo. Datos de zonas y símbolos como la sala de pared estrellada y las fotos de la ventana (espejo) ponen al espectador frente a una instalación que invita a ser pasajero. Pasajero solitario donde el protagonista es el camino.
Sol Kutner (Ana) nos ofrece su viaje y sus mapas pero no su destino.
ANA (libro de artista) es el catálogo de una exposición de arte realizada en un no-lugar: en la interfaz virtual de una galería de arte construida especialmente para la exposición del proyecto homónimo.
A partir de un catálogo expositivo realizado con herramienta hiperrealistas, la única pista dejada a los lectores son los términos irracionales de la propuesta arquitectónica: la galería es una sucesión de doce salas en línea recta. La galería fue ideada por la curadora Mariana Maggio especialmente para ANA.
De este modo, la propuesta, creada para un proyecto expositivo concreto pasa al campo de lo virtual pero en permanente comunicación con el mundo físicamente existente: la galería no existe solamente en la interfaz, sino que tiene un marco de referencia físico en Italia, y el idioma principal del catálogo es el italiano, con traducción al castellano al final. A partir de este anclaje, se propone una pregunta en torno a los espacios de legitimación de la práctica artística y expositiva. Hay una apropiación de las reglas de juego y espacios hegemónicos.
Si la interfaz es una zona de comunicación o acción de un sistema sobre otro, ¿cómo se comunican esos sistemas? ¿puede ser registrada fotográficamente esa acción? Es este campo problemático, donde ya no hay aquí y ahora, el que la obra propone documentar, gracias al modelado y registro de esta interfaz por el artista 3D Ignacio Correa Belino.
Editor del libro: Diego Vidart
Diseño gráfico: Estudio BLENDE